martes, 29 de septiembre de 2009

Esther dijo...

Antonio Muñoz Molina da a entrever en este artículo su queja hacia una página de un periódico donde nombran a los culpables de los bajos resultados académicos de los alumnos de secundaria en España.

Empieza charlando sobre una imagen que ve una mañana que viaja en tren. Él leyendo el diario, ve de repente subirse al metro a un joven veinteañero que lleva un libro en la mano, cogido y arrugado descuidadamente. Justo en ese momento lee un artículo que habla sobre la educación de los jóvenes españoles.
Según los valores escritos todo viene a causa del franquismo. Antonio que vivió durante esta etapa, agradece enormemente a los profesores que trabajaban por verdadera vocación en esta época de pobreza, dónde muchos muchachos acudían a la escuela con grandes ganas de aprender ya que era su única medida de salvación. El escrito del periódico parece comentar que la figura del padre es imprescindible, dando a entender que la mayor responsabilidad de que el alumno absorba los conocimientos es de los padres; si un padre es descuidado con su hijo supuestamente no tendrá unas calificaciones como otro que tenga este punto de ayuda; y en mi opinión no es una buena excusa, influye pero todo depende de la mentalidad de cada alumno.
En este preciso momento, el autor pone los puntos sobre las íes. ¿Cómo pretenden hacer una afirmación así? Precisamente, en la época de Franco la mayoría de padres eran analfabetos y no tenían dinero ni para comprar un triste lápiz.
Según el autor la verdadera culpa de este bajo nivel académico se la deben a la nueva educación, nuevos sistemas implantados con profesores poco competentes y mucho menos estrictos que antes. Es el ministerio de educación quién elige los temas a tratar, los libros que los alumnos leerán , etc...
Si ellos fracasan, los alumnos lo harán. Somos el puro reflejo del resultado de unas buenas bases, si éstas no lo son no podemos alcanzar las futuras metas (exámenes, carreras...) que nos llegarán.
Que exijan más nivel, que pongan buenos equipos de docencia y que lean, sobre todo leer, los buenos libros, escritos por escritores formados y capacitados, les harán vibrar y aprender valores. Es decir, agradecerán en un futuro quizá, el sentido de la vida misma impreso en hojas de papel. Si se siguieran todos los cánones y se pusieran las pilas como en otros sitios de Europa probablemente obtendríamos nuevos licenciados bien preparados para emprender un rumbo laboral con buenas expectativas.

1 comentario:

  1. Bastante bien, Esther. Falta pulir un poco el estilo y corregir algún defectillo de sintaxis, más bien de omisión de algún nexo como en "Él leyendo el diario, ve de repente ".
    Tu texto denota riqueza de vocabulario y un cierto toque literario que habría que administrar. Correcto en general.

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