sábado, 6 de febrero de 2010

Tercera pregunta


Ahí va la tercera, con la misma condición : Cuando Sancho consigue ser nombrado alcalde de su “ínsula” debe resolver unos casos que se le plantean. El/la primero/a en responder expone el caso o problema, otro la solución que le da, o un circunstancia, el siguiente otro caso, etc.)

6 comentarios:

  1. Cuando Sancho es alcalde se le plantean una serie de casos como la pregunta que le hace responder el mayordomo, la historia de las caperuzas, cuando se le presentan los dos ancianos porque uno no le quiere devolver su dinero al otro y la mujer asida de un hombre vestido de ganadero rico que pedia justicia.

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  2. La historia de las caperuzas viene de una discusión entre el sastre y el labrador ya que con un trozo de paño, el labrador le preguntó si le podía hacer una caperuza y por desconfianza, fue añadiendo caperuzas hasta llegar a cinco. Así que el sastre se las hace y luego le reclama el dinero, dinero que el labrador se niega a pagar. La solución que Sancho impone es que se queda las caperuzas para arreglar la discusión. La mujer decía que había abusado de ella y que le tenía que pagar, cosa que se negaba a hacer el ganadero ya que le pagó, pero según la mujer era poco. Sancho dio dinero del ganadero a la mujer y ésta se fue. Luego como Sancho vio que el hombre no pudo haber abusado de ella ya que era más débil que ella así que decidió darle el dinero al Granero.

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  3. Cuando Sancho está hablando con su mayordomo en una sala, le explica que él está resolviendo todos los problemas a su manera, ya que no tiene ni idea de como actuar. Por eso siempre lo intenta solucionar con algún razonamiento muy sencillo.

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  4. Nada más empezar su tarea de gobernador, nuestro predilecto escudero Sancho Panza se vio muy ajetreado por los freqüentes y seguidos casos que le iban llegando para que él fuera resolviendo y encontrado soluciones.

    Uno de los primeros del qual podemos hablar sería el de las caperuzas, puesto que recientemente acabar el sastre su trabajo reclamó el dinero merecido a su acompañante el labrador, el cual se niega a pagarle.
    Sancho decide terminar el percance quedándose él las caperuzas y mandándolas llevar a los presos.

    Justo después de haber terminado con este pequeño conflicto, mientras Sancho y el mayordomo( el qual será su consejero en los futuros casos que le traigan los ciudadanos) aparecen dos viejecitos por el umbral de la puerta.

    Después de contradecirse y explicar cada uno su versión, Sancho analiza la situación concienzudamente. Un anciano que lleva consigo un báculo dice haber pagado ya a su acompañante el otro anciano un dinero que éste le había prestado días atrás.
    Finalmente cúando el anciano que debía su dinero es liberado de su pago y se dirige a su casa el gobernador alza la mano y le pide que retroceda y le muestre el báculo.
    Para sorpresa de todos en su interior aparecen diez escudos, cantidad exacta que debía al otro hombre y que ya decía haber pagado.

    Poco a poco, y sin darse cuenta, nuestro escudero se va convirtiendo en un gobernador cada vez más respetado como si fuera el nuevo Salomón.

    Para terminar un tercer caso igual de curioso que los anteriores dónde una mujer, una aldeana del campo a gritos entra en la corte aclamando justícia a Diós porqué el granjero que iba detrás suya le había violado y había abusado de ella. Ella que durante veinte y tres años había permanecido casta y defensándose de cristianos y moros que la asaltaban ahora llegaba ese mal hombre y la manoseaba y la dejaba marcada con sus sucias manos.
    Sancho sentencia que la mujer debe recibir una bolsa con dinero pero no muy convencido manda al pobre granjero que marchabáse cabizbajo que le quitara la bolsa aunque fuese contra su voluntad y volviese a la corte.
    Minutos después la mujer vuelve con su bolsa echando el grito al cielo y quejándose que ese hombre encima de todo lo echo le quería quitar su dinero. Sancho vio que aquel pobre hombre no podía haber violado a aquella mujer porque ni tan siquiera le había podido forzajear para robarle la bolsa.

    Aquí no terminaba su tarea: otros casos le quedarían por resolver..

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  5. En el capítulo XLV de la segunda parte del libro, se cuenta como Sancho fue recibido a la ínsula de Barataria. Cuando Sancho llegó al juzgado, empezó a ejercer de gobernador, y por lo tanto, le tocó resolver los distintos casos que se le presentaron.
    El primer juicio fue el de las caperuzas. Un labrador le encargó a un sastre que le hiciera una caperuza con la tela que llevaba. Al ser muy desconfiado y temer que el sastre se aprovechara de su tela, le pidió que el hiciera el máximos número de caperuzas, que eran cinco. El problema llega cuando una vez hechas, el labrador se niega a pagarle alegando que las caperuzas eran diminutas y no le servían. Sancho, al ver esto, decidió que lo mejor era que ninguno de los dos tuviera lo que pedía, así púes, se queda él las caperuzas y decide utilizarlas para los presos.
    EL segundo caso que se le plantea es el de dos viejecillos. Uno de los dos había recibido prestado diez escudos del otro, y no quería devolvérselos porque decía que ya lo había hecho una vez. Entonces, el primer hombre le dio al segundo una caña que llevaba y juro ante todos que ya se los había devuelto, luego recupero su caña nuevamente. Sancho, al darse cuenta de esto, le mando dar la caña al hombre al que le debían el dinero y le dijo que con la caña estaba pagado. Lo que nadie se espero fue que al romper esta caña, se dio cuenta que dentro había los diez escudos.
    El último juicio fue el de una mujer que llegó diciendo que un hombre la había violado en medio de un camino. El hombre decía que la mujer se le había ofrecido voluntariamente y que no era culpable de nada. Sancho le ordeno al hombre que le diese una bolsa de dinero que tenia, y cuando se fue la mujer, como no estaba muy seguro de su decisión, mando salir detrás de ella y recuperarla. Al cabo de un rato, regresaron el hombre y la mujer nuevamente, solo que los dos peleándose por la bolsa de dinero. Sancho al ver que la mujer no la soltaba por nada, le dijo que si hubiera puesto tanto empeño en defenderse anteriormente, nadie la habría forzado a nada. Así púes, mando devolver la bolsa al hombre, ya que la mujer lo acusó sin motivos.
    Todo el mundo quedo impresionado de la sensatez con la que su nuevo gobernador resolvió los distintos problemas.

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  6. En el capítulo XVI Sancho fue nombardo alcalde de la Insula de Baratana, con su cargo en las manos tenia que resolver algunos conflictos, el primero de ellos fue el de las caperuzas que después de hablar con el mayordomo para arreglar el conflicto aparecieron dos viejecitos, que esta seria el segundo caso.

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