miércoles, 30 de septiembre de 2009

Comentario de texto de Antonio Muñoz.

Esta lectura nos cuenta la versión de un escritor al ver una noticia en el periódico donde dice que España es uno de los peores países en la educación.
Una de las razones que el periódico da es el franquismo o nuestro atraso histórico. El autor dice que uno de los culpables del fracaso escolar es la chusma política y la secta pedagógica.
En mi opinión no creo que el franquismo sea el culpable de el bajo rendimiento de los alumnos y creo que los que tienen la culpa son los ministros de Educación por no imponer unas leyes más fuertes. Creo que los profesores también tienen algo de culpa porqué ya no son los profesores tan duros que había antes. Como dice el autor, esa clase de profesores que enseñaban a escribir y a leer contra viento y marea en esos años tan malos y tan oscuros. Es cierto que hay profesores que no dan su brazo a torcer delante de un alumno rebelde pero hay otros que si, y aquí está el fallo porque luego todos las alumnos creen que pueden hacer lo mismo. Yo estoy totalmente de acuerdo con el autor ya que hay una gran diferencia entre la educación de nuestros tiempos y la que recibieron nuestros padres.
Cada vez hay más alumnos que no optan a más aspiración en la vida que conseguir el graduado en ESO y ponerse a trabajar de cualquier cosa para ganarse la vida. Pienso que una buena forma de motivar a esta clase de adolescentes sería fomentar la educación y animarles a que sigan estudiando ya sea un Ciclo o seguir con el Bachillerato. Todos ganaríamos, los alumnos y España porqué los resultados del estudio serían más positivos.Creo que si la educación en España está tan mal, que no nos culpen a nosotros porque los que de verdad tienen la culpa son los políticos, que están interesados en temas que según ellos son más importantes como la economía dejando a un lado todos los otros problemas.
Antonio Muñoz Molina publicó un artículo “El libro ilimitado” en el suplemento literario Babelia de El País. Aquí nos muestra un fragmento de este en el que nos habla principalmente de la importancia de los estudios en la vida de todo humano.
Habla de el bajo nivel que tienen los alumnos en España comparándolos con los de Europa y así afirmando, las autoridades, que el franquismo es el causante de este problema.
Es verdad, yo estoy completamente de acuerdo con lo que el nos dice, si comparas nuestra educación con tan solo la de nuestros padres, llevamos mucho atraso histórico y tan solo nos separan 20 años de nuestra educación a la suya.
Actualmente cada vez mas la gente tiene menos ganas de estudiar. El gobierno cada año cambia de leyes hacia los estudios y aún lo empeora más, también es verdad que parte de la culpa también la tienen los profesores, yo no estoy diciendo que todos los profesores no sepan explicar o mostrar autoridad, ya que en todo centro de enseñanza siempre hay profesores con un gran talento y una gran carrera, pero hoy en día también los profesores se sacan el título con menos conocimientos y muchos de ellos no saben ni impartir una buena clase.
Las pocas ganas de trabajar y las nuevas tecnologías hacen que se contagien de unos a otros y cada vez más alumnos de 16 años o menos abandonan los estudios (muchos sin tener la ESO), se pongan a trabajar y luego cuando ya son mayores y se dan cuenta de las cosas se arrepienten de no haber estudiado cuando tenían la oportunidad de hacerlo. Ahora si lo miramos desde el punto de vista de la lectura, también ha empeorado, la lectura de los adolescentes es escasa, y luego es cuando se producen esas impactantes faltas de ortografía que ese texto no hay quién se lo lea o por otra parte produciéndoles así un escaso vocabulario a la hora de expresarse, porque si lo piensas, somos lo que leemos.
Hay años de estudios duros, que te tienes que sacrificar horas de tu tiempo libre para dedicarlo a hacer trabajos o a estudiar para los exámenes pero luego te das cuenta de que todo este tiempo ha valido la pena.

martes, 29 de septiembre de 2009

La Educación

Este es un articulo que da mucho para pensar.
El autor explica que esta leyendo el diario y ve un artículo que pone que los españoles somos los que tenemos el nivel más bajo en educación d’Europa.

La verdad es que nos deja un poco mal, habla de la nuevas generaciones como si no pudiéramos llegar a ninguna parte, como si el futuro en nuestras manos se fuera a caer, yo creo que no es para tanto. Eso que dice que es culpa del franquismo no lo veo yo muy real, ya que en el franquismo había poca gente que podía llegar a estudiar todo lo que quería, pero los que lo hacían han llegado a ser algo en la vida, en cambio ahora todo es muy diferente.

Todo esta muy mal, la educación, es muy diferente a la de antes ahora al ser obligatoria tiene que ir todo el mundo a la escuela hasta los dieciséis años, y como toda la vida hay gente a la que le gusta estudiar y gente a la que no le gusta y solo va al colegio a pasar el rato, también los profesores no son como los de antes que tenían derecho a todo y podían hacer lo que querían con los alumnos, ahora pobre el profesor que sea capaz de insultar algún alumno o de pegarlo, que ya se puede ir preparando.

No creo que la educación de antes fuera perfecta ni mucho menos, pero tampoco creo que la de ahora sea mejor, los políticos dan la culpa a los estudiantes de que no estudiamos, de que no hacemos nada, pero la verdad, todo esto yo creo que es culpa suya, si implantaran alguna ley buena alguna vez y no eso que hacen que solo son tonterías que no sirven para nada o como mucho sirven para ir a peor todo podría ir a mejor.

Lo que es una vergüenza es el gobierno y nada más.

Esther dijo...

Antonio Muñoz Molina da a entrever en este artículo su queja hacia una página de un periódico donde nombran a los culpables de los bajos resultados académicos de los alumnos de secundaria en España.

Empieza charlando sobre una imagen que ve una mañana que viaja en tren. Él leyendo el diario, ve de repente subirse al metro a un joven veinteañero que lleva un libro en la mano, cogido y arrugado descuidadamente. Justo en ese momento lee un artículo que habla sobre la educación de los jóvenes españoles.
Según los valores escritos todo viene a causa del franquismo. Antonio que vivió durante esta etapa, agradece enormemente a los profesores que trabajaban por verdadera vocación en esta época de pobreza, dónde muchos muchachos acudían a la escuela con grandes ganas de aprender ya que era su única medida de salvación. El escrito del periódico parece comentar que la figura del padre es imprescindible, dando a entender que la mayor responsabilidad de que el alumno absorba los conocimientos es de los padres; si un padre es descuidado con su hijo supuestamente no tendrá unas calificaciones como otro que tenga este punto de ayuda; y en mi opinión no es una buena excusa, influye pero todo depende de la mentalidad de cada alumno.
En este preciso momento, el autor pone los puntos sobre las íes. ¿Cómo pretenden hacer una afirmación así? Precisamente, en la época de Franco la mayoría de padres eran analfabetos y no tenían dinero ni para comprar un triste lápiz.
Según el autor la verdadera culpa de este bajo nivel académico se la deben a la nueva educación, nuevos sistemas implantados con profesores poco competentes y mucho menos estrictos que antes. Es el ministerio de educación quién elige los temas a tratar, los libros que los alumnos leerán , etc...
Si ellos fracasan, los alumnos lo harán. Somos el puro reflejo del resultado de unas buenas bases, si éstas no lo son no podemos alcanzar las futuras metas (exámenes, carreras...) que nos llegarán.
Que exijan más nivel, que pongan buenos equipos de docencia y que lean, sobre todo leer, los buenos libros, escritos por escritores formados y capacitados, les harán vibrar y aprender valores. Es decir, agradecerán en un futuro quizá, el sentido de la vida misma impreso en hojas de papel. Si se siguieran todos los cánones y se pusieran las pilas como en otros sitios de Europa probablemente obtendríamos nuevos licenciados bien preparados para emprender un rumbo laboral con buenas expectativas.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Opinión en relación al articulo de diario

Este texto hace referencia a un artículo de diario que leyó un escritor, en el cual se hablaba del desastre de los índices escolares en España. En este artículo se culpaba de eso a gobiernos anteriores, o en este caso dictaduras como la de Franco cuando, en opinión del escritor, la culpa se encuentra en los políticos actuales y la secta pedagógica. También destaca el hecho de que él, es lo que es, gracias a la educación que recibió por parte de sus profesores y de los libros que leyó. Al igual que dice que leer es entrar en un mundo lleno de cultura.En mi opinión la bajada de los índices escolares se debe a una mezcla de culpabilidad entre el gobierno y el profesorado. El departamento de Educación no hace más que modificar leyes que en realidad ayudan poco y que simplemente lían más a los estudiantes. Por otra parte, los profesores, que por culpa de alguna que otra ley que deben acatar, no saben o no pueden hacerse respetar como deberían. Aunque hay profesores realmente excepcionales, también hay otros que no son tan buenos. Todo alumno, ha tenido durante su periodo escolar, algún compañero rebelde que se reía de todo profesor que encontrase y este mismo alumno, ha podido observar como el profesor en cuestión llevaba la clase haciendo obedecer a ese alumno, o por el contrario, el alumno disfrutaba haciendo perder el tiempo y divirtiéndose un buen rato. Este hecho es muy difícil de solucionar, pero cuando pasa en asignaturas como matemáticas o inglés, que no son fáciles de entender por si solas, imagínate todo lo que el resto de la clase se llega a perder.Leer es una buena forma de aprender, porque desde tiempos anteriores, la literatura siempre ha tenido una función didáctica y lucrativa, pero actualmente, los jóvenes prácticamente no leen. El gobierno debería promocionar más la lectura y darles a entender todo el gran mundo lleno de aventuras y misterios que se esconde debajo de las páginas de un libro. Esto les enriquecería en aspectos como su vocabulario, su ortografía o su forma de expresarse.Tampoco es que toda la culpa la tenga el gobierno o los profesores o incluso los padres. Los alumnos también tenemos parte de culpa por no saber valorar lo que se nos da y distraernos con las nuevas tecnologías en vez de leer o aprovechar nuestro tiempo libre. Yo creo que la culpa de eso la tenemos todos: el gobierno, los profesores, los padres que no saben educar correctamente a sus hijos y hasta los alumnos que no saben comportarse como tales.

Los estudios

Antonio Muñoz Molina nos explica el gran fracaso escolar que hay en España, pone en evidencia que el fracaso es gracias al Franquismo y a los políticos, nos explica que él no sería nada si no fuese por los profesores y los libros. Que gracias a ello tiene una cultura muy amplia y que leer es entrar en un mundo lleno de lectura .Mi opinión del fracaso escolar es que los únicos culpables son el gobierno, porque siempre están modificando las leyes, pero también tienen parte de culpa los profesores, algunos nos enseñan los que les da la gana y otros nos hacen trabajar más que las hormigas y eso no es bueno, porque nos vuelven locos y no tenemos una forma de estudiar exacta. Pero en parte pienso que la familia también tiene mucho que ver, porque si nos animan seguiremos para delante, pero si pasan y no muestran interés en nosotros nos caeremos en picado por el precipicio y entonces sera muy difícil levantarnos para volver a estudiar. Así que es mejor dejar las cosas tal y como están y que no nos mareen tanto y así creo que es la única forma de seguir andando recto.
Isaura Rojo

lunes, 21 de septiembre de 2009

Antonio Muñoz Molina publicó un artículo “El libro ilimitado” en el suplemeto literario Babelia de El País, como reacción al informe Pisa (este famoso informe que denuncia el bajo nivel de los alumnos de secundaria en España respecto a Europa). Es un poco largo pero me gustaría que lo leyerais para debatir el tema en clase.


Este es el artículo:

Voy en el metro a media mañana camino de una de mis librerías más queridas de Madrid y aunque llevo abierto el periódico miro de soslayo con un gesto reflejo cada vez que entra en el vagón alguien con un libro en las manos. No siempre es fácil identificar su título, y hay que tener mucho cuidado para que la curiosidad no se confunda con la metijonería. Es como ser un mirón digno que por nada del mundo quiere verse metido en un trance embarazoso. El libro está a veces en una posición casi horizontal, para que reciba mejor la luz del techo, y no es cuestión de adelantar la cabeza y torcer el cuello queriendo mirar la cubierta desde abajo. ¿Cuál será ese libro de bolsillo tan grueso del que no ha apartado los ojos ni siquiera al dar una zancada desde el andén ese lector que acaba de sentarse frente a mí? Lo ha doblado por la mitad, con riesgo de descuadernarlo, lo aprieta como estrujándolo entre las dos manos. Es un joven de veintitantos años con el pelo encrespado de rizos casi africanos, sin afeitar, con una mochila pequeña a la espalda. Da la impresión de que se levantó de la cama con el libro en la mano y que pasó así con él delante del espejo del baño. Mantengo la vigilancia mientras leo el periódico. El titular de la primera página es el desastre de los índices escolares de lectura en España. Sólo hace unos días la enigmática ministra de Educación aseguró que ella no ve ningún problema en que los chicos usen el teléfono móvil mientras están en clase. La enseñanza pública se deteriora irreparablemente en España gracias a una conspiración de ignorancia tramada desde hace años por la chusma política y la secta pedagógica y las autoridades ya tienen un culpable: el franquismo. Quién si no. Como mi tierra natal está incluso a la cola del desastre leo que la consejera de Educación de la Junta de Andalucía ha descubierto una causa todavía más lejana: nuestro atraso histórico. A ellos,los socialistas que llevan gobernando en Andalucía un cuarto de siglo, que los registren. Pienso en mis maestros, los que me enseñaron contra viento y marea a leer y a escribir y a amar el conocimiento en años de oscurantismo y pobreza; pienso en tantos profesores vocacionales y derrotados que conozco, en las cartas despectivas o perdonavidas o del todo insultantes de pedagogos y expertos, de enchufados de diverso pelaje, que he recibido sin falta cada vez que he escrito sobre las quejas amargas de mis amigos profesores y sobre lo que yo estaba descubriendo con mis propios ojos con sólo hojear los libros de texto de mis hijos y escuchar las historias que me contaban al volver de la escuela. A los expertos, a los gurús de la jerga psicopedagógica y a los enchufados no les cabía la menor duda: los que alertábamos sobre la degradación de la enseñanza nos habíamos vuelto de derechas y no sabíamos nada, no entendíamos de nada. Ellos sí que entendían: a la vista están los resultados. Cierro el periódico con asco y el hombre joven que leía frente a mí levanta los ojos de su libro. A mi atención de espía le basta un segundo para descubrir el título: es el Viaje al fin de la noche. Ahora parece evidente que el aire de ligero trastorno que tenía ese hombre desde que entró en el vagón procedía de la lectura de Céline. Vamos en el mismo tren de la línea 4 pero su viaje es mucho más hondo y más terrible, un descenso de fiebre por los espantos del mundo. Yo voy por los túneles del metro de Madrid y por el presente inmediato y más bien desolado del periódico: él por las trincheras de la guerra, por la miseria de los suburbios proletarios de París, por el Nueva York futurista de los años veinte, por las tinieblas coloniales del Congo que ya había roturado para la literatura Joseph Conrad. Ahí lo dejo, sumergido en el libro, continuando su viaje,con su barba de varios días y su mochila de vagabundo celineano. ¿Cuántos lectores como él no llegarán a existir gracias a la gran conjura de los necios y de los comisarios políticos que ha asolado la educación española? Pero no se trata sólo de esa embriaguez, del dulce vicio que le acompaña a uno en la soledad y le hace gratos los minutos de un viaje en el metro: mucho más grave es que la escuela esté fracasando en su tarea de despertar en cada uno sus mejores facultades, de actuar como palanca de progreso social. ¿Qué porvenir laboral tiene un hijo de trabajador o de inmigrante que a los quince años no es capaz de comprender un párrafo de tres líneas? ¿Qué podrá aprender sobre la complejidad del mundo y la de su propia alma quien no cuenta con la luz de las palabras escritas? El nivel cultural y académico de los padres es factor decisivo, asegura el periódico. Subiendo por las escaleras del metro me pregunto con ira y dolor qué habría sido de mí, de tantos de nosotros, si no hubiera sido por la escuela y por el instituto. Nuestros padres, niños en la guerra, escribían y leían con dificultad. En nuestras casas, donde había tan poco, mal podía haber libros. La escuela nos hizo lo que somos. Soy lo que he leído. Me gano la vida gracias a que existen lectores. En el escaparate de la librería distingo con expectación impaciente el libro que vengo buscando. Verlo me da tanta felicidad como descubrir en un escaparate de la infancia la cubierta en colores de una novela de Julio Verne. Son Los ensayos de Montaigne que acaba de publicar Acantilado, editados y traducidos admirablemente por Jordi Bayod Brau. Muy pronto el gozo de las manos se añade al de la mirada: sopeso el volumen, paso los dedos por su tapa tan sólida, lo abro y rozo las páginas con las yemas de los dedos, y al hacerlo percibo un olor exquisito de papel y de tinta. Por cualquier página que se abra este libro ilimitado se reconocerá la voz sabia y serena, la inteligencia irónica y voluble, la curiosidad entre erudita y chismosa de aquel hombre feliz que se retiró hace más cuatro siglos a escribir y a leer en la biblioteca circular de su torre. Como Cervantes o Shakespeare si empezamos a leerlo nos acompañará a lo largo de toda nuestra vida, y a medida que pase el tiempo y sigamos leyendo nos enseñará cosas que ni siquiera habíamos sospechado en las primeras lecturas. Como el señor don Quijote de la letanía de Rubén el señor de Montaigne nos asistirá en nuestra diatriba contra los fanáticos y los propagadores de la ignorancia, contra los sinvergüenzas, contra los estafadores de la jerga psicopedagógica, contra los políticos que sólo pueden eternizarse en su parasitismo gracias a una ciudadanía analfabeta y embotada. En el viaje de vuelta soy yo quien entra en el vagón del metro con la nariz hundida en el libro, quien se queda tan absorto leyendo a Montaigne que cuando levanta los ojos descubre que se ha pasado de estación.

Nuevos alumnos...

Saludo a mis alumnos de Literatura castellana de 1º de Bachillerato y os invito a que participéis con vuestros comentarios y aportaciones en este blog de carácter interno que nos permitirá compartir ideas, materiales y opiniones durante este curso 2009-2010.
Para empezar "haciendo boca" y siguiendo con la polémica que planteada en clase "¿LA LITERATURA ES ÚTIL?", os incluyo un artículo de hace un par de años de un escritor reconocido y también controvertido de la literatura actual en lengua castellana, Antonio Muñoz Molina.